lunes, 23 de mayo de 2011

HISTORIA DE LA PEDAGOGÍA. ORÍGENES Y DESARROLLO.




 

La historia de la educación o de la pedagogía según la denominación que se adopte para designar este sector disciplinario posee una importante tradición científica y académica. Nacida a principios del pasado siglo, en el humus prehumanistas e idealistas que genero la gran eclosión cultural alemana, pronto se incorporo, al curriculum de las escuelas normales, con fuente de reflexión, experiencia e inspiración para las formaciones de futuros maestros, tanto en lo que se refería al desarrollo de los sentimientos de identificación nacionalistas, como a la orientación pragmática de su comportamiento moral y pedagógico. La historia de la pedagogía expresión de cuño meramente germánico, se configura así, al mismo tiempo que se constituía también formalmente el saber pedagógico en las obra de JF Herbat como un corpus ordenado a contemplar al formación de los educadores mediante la reflexión sobre ele pasado, a cuyo legado se atribuían ritualidades pedagógicas y culturales.


Es curiosísimo significar sin embargo, que Herbat tal vez, el único filosofo pedagogo realista en aquel ambiente dominado casi absolutamente por el idealismo no compartió los planteamientos de los primeros historiadores de la educación, en cuanto, desde su perspectiva, la historia solo seria útil mediante en que pudiera ilustrar la practica educativa, función en su sistema pedagógico , como se sabe , estaba reservada a la psicología y a la ética, si bien los modelos morales también se concebían como productos históricos con capacidad formativa.

No obstante lo anterior, el primer paradigma histórico pedagógico, de origen germánico, que atribuye a nuestra disciplina una función formativa, moralizante e incluso ideológica, extiende su influencia de larga duración  contantable aun en algunos manuales con plena vigencia actual en gran parte e intenso influjo se vio reforzado con el resurgimiento del pensamiento idealista (neoidealismo) a fines de la pasada centuria y comienzos de la presente, aunque naturalmente la historiográfica pedagógica fuera incorporando, a lo largo de tan vasto ciclo, nuevos estilos y temáticas.

En el largo desarrollo temporal de este modelo de raíz idealista se entrecruza otro modo de construcción de la ciencia histórica, el positivismo, que concibe el trabajo del historiador como una simple acción de registro de los acontecimientos con renuncia explicita a cualquier interploracion teórica. Por los que se refiere a la historia de la educación, el positivismo comporto una orientación centrada en la recopilación y descripción de los hechos, sobre todo de los relativos a los aspectos políticos y institucionales de la educación.

Como consecuencia de la Inter influencia de las corrientes examinadas anteriormente; idealismo, positivismo, neoidealismo e historicismo, la historia de la ecuación/ pedagogía  que se ha construido, hasta las fechas prácticamente a nosotros se ha caracterizado por algunas o varias de las siguientes notas:


Ø      Estrecha vinculación a la historia de la filosofía de al que la historia pedagógica resulta ser un aditamento apendicular, mejor o peor integrado (Algunos manuales aun en uso tratan conjuntamente ambas historias (Agazzi 1966) otros han ido redactados por filósofos  (Abbagnano  y Visalbergui 1964). En estos casos, la historia de la ecuación pedagogía se reduce casi exclusivamente a ser una historia de las teorías o ideas pedagógicas, derivadas en la mayor parte de los casos del pensamiento filosófico, en sus multiformes manifestaciones históricas. Esta concepción, que denota la presencia de residuos neoidealistas, apenas contempla las dimensiones sociales, e institucionales de la historia de la educación, ofreciendo, por consiguiente, una versión descontextuada de los hechos.

Ø      Yuxtaposición de los segmentos “Historia de las ideas pedagógicas” e “historias de las instituciones educativas” con influjos electicicamente  combinados, en cuya composición se observa que la dimisión socio institucional de la dedicación constituye, a menudo, un simple aditamento positivista de escasa significación por los demás en el conjunto de la síntesis histórica.

 
Ø      Polarización de los contenidos en torno a las figuras intelectuales de mayor relieve en las diferentes etapas históricas. Un somero análisis del contenido de los manuales de historia de la ecuación evidencia que los “grandes pedagogos” ocupan, por un parte,  una elevada por poción de los textos, y sirven, por otra, de criterio sistematizados de las exposiciones históricas. Esta forma de articular los contenidos, además hoy en desuso acerca del sujetó o protagonista de la historia, induce al lector poco critico a incurrir en determinadas interpretaciones falaces, como la identificación entre las filosofías de la educación de los autores estudiados y las practicas educativas dominantes en las sociedades correspondientes, cuando, como se sabe, el análisis histórico manifiesta, generalmente, relaciones contradictorias entre unos y otros planos.

Ø      Interpolación frecuente en el discurso analítico expositivo de comentarios críticos, que incluyen juicios de valor acerca de las doctrinas y practicas institucionales examinadas, lo que, además de introducir en la lógica histórica componentes a científicos, expresa una vez mas la intencionalidad pragmático moral e ideologizadora enraizada en los patrones idealistas y en los condicionamientos académicos señalados al principio de la historia pedagógica. El hecho de que los manuales de historia de la educación y otros trabajos monográficos no sistemáticos haya sido elaborados, en el mayor parte de los casos, por pedagogos desconectados comúnmente de los plante maticos historiográficos generales ha reforzado y prolongado la tendencia indicada, si bien hay que convenir asimismo que tampoco la historia hecha por profesionalidad estuvo en el pasado, ni lo esta ahora, de interpolaciones ideológicas valorativas.


Ø      Finalmente, adopción de un modelo de construcción historiográfica consecuente con los supuestos historicistas, positivistas o idealistas en los que se inspiraba. Este modelo ha privilegiado los estilos narrativos, descriptos y episódicos, reduciendo las sistensis históricas a exposiciones de acontecimientos y relatos de biografías de ideas pedagógicas. Al igual que la historiografía general se limito a la exposición de cadenas de hechos, generalmente de naturaleza política, militar o diplomática, correspondientes a los ámbitos político – administrativo y de la ideas , relacionadas mediante una lógica lineal conectiva, en la que unos se mostraban como consecuentes de los otros, que eran valorados como elementos casuales. Previa la critica interna y externa de los documentos o fuentes, por medio de las llamadas ciencias auxiliares de la historia, la explicación y síntesis de reducía a la exposición lineal y ordenada de los datos, de suerte que el tiempo histórico se objetiva como advierte. F. Fuert refiriéndose ala historia general en una serie de discontinuidades expuestas de manera continua (Furet 1971) en ocasiones, bajo la influencia de las concepciones idealistas se intentaba atribuir un sentido a estas cadenas de acontecimientos, interpretando que bajo al superficie de los hechos se expresa el desarrollo de determinadas ideas, fuerza como las de la libertad, razón, progreso, espíritu, que conferían un significado a la masa de elementos episódicos.


Alumno: Francisco de Borja Martínez Fernández.
Asignatura: Historia de la pedagogía.

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