martes, 24 de mayo de 2011

METODOLOGÍA DE ESTUDIO.

   


 La dificultad más común en el estudio es, con mucho, el simple fracaso en iniciar un trabajo centrado. Esta dificultad es mucho mayor para aquellos que no trabajan según un plan y que no practican un estudio de un modo regular. Muchos estudiantes se hacen un lío al estudiar un poco de esto y otro poco de aquello cuando les apetece, o al dejar su trabajo para el último momento.

Pocos estudiantes trabajan ajustados a un horario. Dicen que si se hicieran un horario no lo seguirían o tendrían que adaptarlo constantemente, hasta que pudieran saber con seguridad de  un día para otro cuales serian sus actividades.

No hay duda de que algunos temperamentos se prestan con más facilidad que otros a ajustarse a unos hábitos regulares. Muchos se apartan de la sujeción a un horario semanal y les desagrada estar ligados a un programa fijo de trabajo. Otros estudiantes competentes sostienen que han de trabajar por ciclos. Cuando se interesan por un tema trabajan con intensidad en el mismo durante tres o cuatro días. Los demás días descuidan por completo el trabajo.

Debemos reconocer que no comprendemos enteramente las complejidades de los móviles de trabajo. La mayor parte de los que han rebasado los veinticinco años han acabado por quedar incorporados a unos hábitos de trabajo y la mayoría trabajadores que realmente producen disponen de un horario regular para los aspectos mas importantes de sus trabajo. Las personas realmente activas suelen despreciar la idea de su trabajo que solo se puede realizar un buen trabajo de un modo espontáneo, bajo la influencia de la inspiración. Un enérgico autor, Anthony Trollope escribió: “Existen quienes…. Piensan que el hombre trabaja con su imaginación de debería permitir esperar hasta que la inspiración le moviera. Cuando he oído predicar esta doctrina, difícilmente eh podido reprimir mi repulsa”. No abundan demasiado los dotados de la gran energía y fuerza física de Tropolle, pero tenía sin duda razón al declarar que una persona puede realizar siempre aquel trabajo para el que sea capacitado si adquiere el hábito de considerar su trabajo regular diario como una disciplina seria para poder realizar una tarea diaria. El gran dramaturgo italiano Alferi incluso hacia que su criado le atara a su mesa de estudio.

Los que creen que, solo necesitan trabajar y estudiar cuando les viene en gana, tienen una idea equivocada de su propio talento o del valor de la libertad. La libertad de sujeción y disciplina conduce, más bien, a la infelicidad que la expresión propia o desarrollo de la personalidad, Nuestra sociedad  insiste en los hábitos regulares, en el respeto del horario y en la puntualidad, y tanto si nos gusta como si no, hemos de cumplir lo que la sociedad nos pide si queremos abrirnos camino hacia ella. No es necesario ceñirse con demasiada rigidez a los planes y horarios, pero ha de haber unos planes. De no ser así, se manifiesta esfuerzo y se pierde el tiempo inútilmente. Un habito racional de trabajo, lejos de destruir la espontaneidad o la facultad creadora, debería de hecho, reducir al mínimo el esfuerzo de adaptación a las actividades ineludibles de la vida.

Otros obstáculos para una planificación regular del estudio son las muchas distracciones que hay en la vida estudiantil: los nuevos deportes y actividades, nuevo ambiente, amistades, y problemas sentimentales, organizaciones, clubs, asociaciones, y, a veces unas excesivas ganas de divertirse. Debéis encontrar un equilibrio razonable y proporcionado entre todas estas solicitaciones que se disputan a nuestro tiempo. Para logarlo necesitáis tener una visión muy clara de cual es el fin. El fin primordial de cualquier clase de estudiante superior debe consistir en la adquisición de unos conocimientos y en la capacitación profesional. Todo lo demás, la amistad, los deportes, las asociaciones, las discusiones sobre los mas variados problemas si se dispone de tiempo son, sin duda partes importantes y tradicionales de la vida estudiantil, por ser secundarias al fin primordial que es el estudio.

Ahora debería quedar claro que podemos hacernos un horario flexible que nos ate a unos hábitos rígidos, con el que se ahorrará tiempo y esfuerzo y que os capacitara para mantener la tranquilidad al mismo tiempo que las exigencias de vuestro estudio. El Esfuerzo de pensar y planear un buen horario de trabajo es recompensado con creces.

Las Principales etapas son:

  1. Examen  detallado de todas las actividades del día. Análisis de vuestras costumbres diarias para aseguraos de que las actividades de conservación necesarias, tales como las comidas, los viajes, las compras…. No os cojan demasiado tiempo.
  2. Hacer un plan tan a largo plazo como sea posible, para tener un cuadro general de lo que tenéis por delante.
  3. Decidir la cantidad total de estudio semanal, que necesitáis hacer. La totalidad de vuestras horas de trabajo incluidas las clases ha de ser de unas 40 horas de modo que oscilen entre las 30 – 50 horas.
  4. Decidir cuando habéis de realizar vuestro estudio privado. Basaros si podéis en el modelo general de horas de trabajo: Hacer vuestro trabajo importante por las mañanas, estudiad cuatro tardes por semana y dejad libres normalmente los fines de semana, Pero no creáis que hay ciertas horas del día en que no podéis trabajar; la falta por lo general, es algo subjetivo y las variaciones diurnas de la eficiencia son pequeñas.
  5. Al empezar casa semana, trazad un plan de horas de estudio para la misma, aquí cabe la flexibilidad, Tened en cuenta esto:
  6. Haced cada trabajo en la hora más conveniente. Repasad vuestros apuntes el mismo día. Anotad los experimentos cuando aún los conserváis frescos en vuestra memoria.
  7. Experimentar y descubrir cual es la mejor duración de periodo de estudio para vuestras diferentes tareas. Una tarea de moderada extensión se lleva a cabo, a menudo, mejor en una sola sesión de dos o tres horas.
  8. Haceros un plan de los ratos de descanso entre las tareas y de los intervalos de descanso más cortos en el curso de tarea.
  9. Llevad un diario de vuestro trabajo: Es muy práctico y útil llevar un  diario o relación de lo que hacéis.
  10. La sola intención de trabajar intensamente suele ser ineficaz. Pero podéis incrementar vuestra motivación si os establecéis fines a un corto o largo plazo controlando las causas de distracción, trazando un gráfico de vuestro progreso y sumergidos en vuestros estudios.
El trabajo rápido es remedio contra la dificultad de concentración. Otra ayuda consiste en la técnica de la supresión. Puesto que la desgana para ponerse a trabajar es, a menudo, el resultado del deseo de hacer alguna otra cosa, necesitáis suprimir el impulso de las otras actividades. Esto se logra mejor si concedéis una cantidad de tiempo prudencial a las otras tareas y actividades que se inmiscuyen y si hacéis un plan de la conciencia.

El esfuerzo y las aspiraciones están influenciados por la historia de vuestros éxitos y fracasos pasados. Una recompensa o éxito de algún tipo es mejor estimulo para el esfuerzo. Por vuestro bien, las aspiraciones han de ser realistas y alcanzables.

Si decidís procurar cambiar hábitos arraigados desde hace mucho tiempo, habéis de manifestar vuestras intenciones a los demás, no permitir reincidencias, lograr algún éxito en el rendimiento y reforzar vuestra resolución contrayendo obligaciones con otros.

Habéis de comprender perfectamente lo que estáis estudiando.

Para lograr una visión profunda de las cosas habéis de pensar y reflexionar y relacionar las informaciones nuevas con los conocimientos que ya poseéis. Recomendar el sistema de estudio EPL2R.

  1. Explorar.
  2. Preguntar.
  3. Leer.
  4. Recitar.
  5. Repasar.
El estudio inteligente es mucho más eficiente que el estudio puramente memorístico. Se Favorece la retención a largo plazo mediante la organización de los materiales y el establecimiento de conexiones entre si.

Aunque no se pueda mejorar la capacitación memorística general, podéis perfeccionar vuestros métodos nemotécnicos especialmente gracias a la recitación, la atención  al significado, el espíritu activo y la concentración. Los sistemas nemotécnicos artificiales son raramente útiles.

El sobreestudio y la eliminación de las interferencias son más útiles para el estudio puramente memorísticos que para el estudio inteligente.

En el triple proceso de estudio, acumulación y rememoración, pueden darse los errores en cualquiera de los tres estadios. Aseguraros que el primer contacto con la información sea preciso y exacto, pues de otro modo podéis perturbar errores al estudiar una y otra vez vuestras notas.

En el estudio y el recuerdo, componente emocional, haced los posible por no descuidar aspectos de vuestra asignaturas que no os gusten y, si fuera necesario, se tolerantes con vuestros profesores.

La lectura es la práctica más importante en el estudio, Los buenos lectores aprender a varias su tasa de lectura de acuerdo con sus propósitos.

La lectura implica que se haga un tipo de movimiento ocular complicado  así como la compresión de lo que se lee. Debéis observar los movimientos que hacéis con los ojos al leer; Los saltos, fijaciones, regresiones, y ojeadas rápidas.

Las dificultades en la lectura pueden ser el resultado de movimientos oculares deficientes o de un vocabulario pobre o de la fata de comprensión. Si consideráis que vuestra lectura de miras fáciles en  prosa es lenta, podéis acelerar el tiempo requerido mediante heridos regulares de práctica cronometrada, anotando vuestros progresos en un gráfico. Este método es tan bueno como los métodos mecánicos para acelerar las lecturas.

El mejoramiento también puede efectuarse perfeccionando vuestro vocabulario. El Mejor modo de hacerlo es leyendo y escribiendo más, pero también puede ayudarnos si sistematizamos vuestros conocimientos de las palabras griegas y latinas. Y utilizar un buen diccionario.

Aprender a leer de un modo inteligente y crítico. Cercioraros del plan general de los que estáis leyendo y distinguir las ideas principales de los detalles.

Aseguraros de que estéis enteramente familiarizados con vuestras bibliotecas. Particularmente con el índice de fichas y el sistema de referencias, No confiéis en la biblioteca para libros de texto básicos. Es un enorme disparate no poseer los libros necesarios para vuestra asignatura.

Es esencial tomar notas. Habrías de pensar determinadamente que tipos de cuadernos de notas y sistemas de clasificación son útiles.

Es mejor un tipo de sistema de hojas cambiables, con sus clasificadores y carpetas.

En las clases aseguraros de que os sentáis en un lugar desde el que podéis ver y oír al profesor sin dificultad. Las notas completas son aconsejables en general, especialmente cuando se trata de clases descriptivas. Las notas esquemáticas se organizan y recuerdan con mayor facilidad que las paginas de escritura continua.

Habéis de revisar y clasificar vuestras notas el mismo día. Hemos descrito un esquema para ayudaros a mejorar vuestras notas, que implica la colaboración de dos o tres estudiantes más.

Francisco de Borja Martínez Fernández.
Asignatura: Métodos de estudio.

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